¿Que es lo que tú quieres chico, que es lo que tú... eh?

En las líneas siguiente el Logos se hace conciencia para que la concentración nos lleve con vertiginoso trato por un tiovivo de imagenes que, aunque similares a otras anteriores, siempre son diferentes: han cambiado las circunstancias.
La picaresca del siglo XX, las medidas restrictivas, el orgullo del enamorado medio bravucón pero entregado al más profundo sentimiento del amor hacia su "baby", que es como alude a su enamorada señorita -o señora-, forman parte del mobiliario en el que se erige esta gran obra del género costumbrista del Siglo XXI dentro del ámbito de los aficionados, con rimbombante mas muy expresiva combinación de vocablos -a qué negarlo.
Los puntos suspensivos después de "tú" y antes de "eh" en el título de esta ópera prima, reveladores de que -por alguna extraña y nunca conocida razón- la oración pensada no fue pronunciada finalmene, y esa interrupción de la oración provocó como mejor salida ante la situación: el ¿eh? que enfatiza el tono de la pregunta. Pero cuál es el simbolismo de estos paradigmáticos versos? La interrupción de todo placer, la efemeridad fatal de todo instante es algo inevitable, y tal vez una de las grandes lecciones que la vida nos da. Sin embargo, siempre es posible detenerse, cesar en lo que estamos haciendo, en el torbellino de la vida y preguntarnos, preguntarnos.
Del análogo modo, el estallido apoteótico-neuroquímico que desencadena con el rigor de una fisión poética "¿Que es lo que tú quieres chico, que es lo que tú...eh?" tiene lugar bajo el virtuosismo semántico de aquellas líneas del vate donde revela su soberbia interpidez al animarse nada menos que a intentar responder una de las tres preguntas filosóficas primordiales del ser y la vida: ¿qué somos nosotros? ¿qué es la vida?
Ante estas preguntas nuestro poeta vuela su tinta para sentar su perspectiva -seguramente vanguardista-, según la cual es posible que los detalles, colores, miradas y sensaciones que forman parte de nuestra vida cotidiana no sean tales cosas, y todos seamos como unas simples partículas en diferentes partes de una roca: algunas brillan, otras se ocultan tras momentáneas pequeñas sombras producidas por las anfractuosidades y características de la superficie de la roca, algunas ven cosas parecidas a otras y las llaman igual, aunque sean diferentes, como por ejemplo cuando dicen "perro".
Antes se creía que era una osadía ("un desafío a los dioses") pensar en que por ser humanos somos privilegiados, pero Johny invita desde sus versos a preguntarnos ¿estamos seguros de ello?

Que es lo que tú quieres chico,
que es lo que tú...eh
que dices a mi baby chico
eso no puede sé ehhhh
esto me ha sorprendido
no cojas los pollitos chico
antes de que hayan nacido
quieres dar mazamorra al mico
que te puede morder
como ese holandés
que boqueaba como un pez
firmaba de revés
estudiaba portugués
y olía como gato montés
bebía oporto y jerez
plátano comía a su vez
semejante a un mico
te lo digo chico
no seremos todos semejanzas
formas y relaciones
qué es lo que tú quieres chico
más que estas revelaciones.


Johny, El