"Poema a las dietas", una poesía sobre planes alimentarios


Poema a las dietas

Calorías, gramos dietas
balanzas, ejercicio
y talles de camisetas
cómo mi corazón palpita
y casi parece un vicio
inundan nuestros días
-¿me entrará la remerita?-
sin grasa ni colesterol
mas conservan el sabor
Atkins o Cormillot
las sigo como un robot
pues detesto mi pancita
ingiriendo vitaminas
y evitando las toxinas
en el plan alimentario
pues quiero verme mejor
y escruto el armario
y que me entre la mini
se mueran por mi bikini
y me lleven a buen puerto
a algún paraje desierto
a disfrutar de mar y sol



Mario el Poemario
"¿Cuántas cosas de la vida cotidiana infuyen significativamente en nuestras vidas y en nuestros pensamientos como la vida?" es una pregunta que cada quien responderá según sean sus circunstancias.
Pero ¡hala! que este poema expresa una variada temática relacionadas con las ideas-fuerza dieta-descenso, nutrición-dieta y panza-kilos. Algunos de los aspectos aluden al padecimiento de la persona que advierte cuánto ha crecido su barriga y, agustiada decide por fin adoptar un plan alimentario, tal vez bajo la promesa de comenzar el lunes.
En cuanto a lo tramatúrgico, nace un nudo argumental que se desentraña en los últimos versos, donde el Alma Creadora (señor Mario el Poemario -seguramente un sinónimo-) vuelca lo que se puede calificar como una alegórica sucesión de representaciones sociales tan claras y definidas que no resultaría algo irracional llegar a preguntarse si el autor no está queriendo realizar alguna "bajada de línea" o si acaso contiene ideas que no hemos podido desentrañar, tal vez relacionadas con la acción.
El mundo que Mario nos presenta es un mundo de conflicto, utopías, revoluciones, sentido de realidad y felicidad. La felicidad es la meta buscada y es presentada en el poema como sinónimo de haber seguido la dieta o haber bajado de peso. Este vínculo es equivocado, es posible solucionar el problema de bajar peso y no ser feliz. Es más, es posible haber bajado de peso creyendo que ello garantizaba la felicidad y, ante el descubrimiento de que era falso, que la decepción lleve a volver a comer mal.
Como sea, el placer está del otro lado, es la meta a conquistar, la revolución del propio cuerpo, de los propios hábitos de alimentación y del propio conjunto de alimentos que comemos. La utopía es pensar que se baja con hambre, o que se puede bajar rápidamente, o con pastillas. Todo eso lleva a volver a recuperar el peso. El sentido de realidad es como el cemento que da sentido a todo, es lo que permite saber que una dieta debe seguirse a conciencia con apoyo de un nutricionista y que no hay que pasar hambre sino cambiar hábitos. De esa manera, el placer final (en la playa paradisíaca, según sugiere el estro del autor) es resultado de la razón, de la interpretación correcta de la realidad.
Otra vertiente interpretativa hace una lectura diferente del poema, que aquí reproducimos:
El poema sería una crítica de la sociedad actual que hace que las chicas vivan inseguras y llenas de temores en virtud de cómo la socialización es para ellas desfavorable al preformarlas como objeto de interés y de deseo y donde la no aceptación de sí mismas es la otra cara de la moneda en la que sufren al verse al espejo, por lo que deben llevar un camino redentorio para poder salir del "calvario" socialmente producido.